ORIGEN Y CURIOSIDADES DE TODO LO QUE TE PUEDAS IMAGINAR, PASA Y CURIOSEA ESTAS EN TU CASA

ORIGEN Y CURIOSIDADES DE TODO LO QUE TE PUEDAS IMAGINAR, PASA Y CURIOSEA ESTAS EN TU CASA

martes, 28 de diciembre de 2010

EN NAVIDAD TODO VALE

EN NAVIDAD TODO VALE

El árbol de Navidad puede ser de mil maneras: natural o de plástico. Pero si es natural tiene que oler a pino, es lo tradicional ¡pues no! Este señor fue muy tradicional a sus costumbres hizo el árbol de Navidad de lo que tenía en casa. Una idea muy original.
Noticia:
Una planta de marihuana de dos metros decorada como árbol de Navidad ha sido confiscada de la casa de un "viejo hippie". La policía de Coblenza, Alemania, vio la planta en el salón de un ciudadano. Cuando le interrogaron dijo a los perplejos agentes que había intentado poner más elementos decorativos al "árbol" y pensaba poner los regalos debajo, tal como manda la tradición. La policía se llevó la planta y otros 150 gramos de marihuana que encontró en la casa, serian de regalo para Papa Noel para el camino.
Ya me gustaría saber cómo se han enterado los agentes de que el "árbol" estaba ahí, se lo habrán dicho los reyes magos. Total, el hombre sólo ha puesto su "árbol", Si llega a poner el arbolito en el jardín seguro que tiene gran éxito entre la juventud del barrio.


CUIDADO CON LAS UVAS Y NO OLVIDÉIS PONEROS ALGO ROJO. MUCHOS BESOS Y ABRAZOS.



sábado, 18 de diciembre de 2010

PARA MIS CURIOSOS



SOLO PUEDO DECIROS QUE GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE AHÍ Y OS DESEOS LO MEJOR PARA TODOS


FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO

sábado, 11 de diciembre de 2010

LA ISLA FANTASMA

Supongo que más de una persona conocerá la leyenda de la isla fantasma de las Islas canarias. Lo que me ha parecido interesante es la cantidad de datos que confirman que existe. Juzga tú mismo y llega a tu propia conclusión.
Las Islas Canarias(España) son siete islas; pues no: son ocho. Existe una leyenda popular de una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos que fue bautizada como isla de San Borondón.
Lo cierto es que ya desde el siglo XV , fecha en que comienza la colonización de las Islas Canarias, empiezan a oírse los relatos de una octava isla, que a veces se divisaba al oeste de La Palma, El Hierro o La Gomera. Cuando los navegantes intentaban aproximarse a ella, y se encontraban a la vista de sus costas, montañas y verdes valles, la isla se veía repentinamente envuelta por la bruma y desaparecía. Evidentemente, la isla fue rápidamente identificada con la mítica isla de San Brendan, que por evolución del lenguaje, en Canarias, se convirtió en "San Borondón”.

Brendán el Navegante (484 –578), también llamado Brandano, Barandán o Borondón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del siglo VI. Abad del monasterio de Clonfert, Irlanda que fundó en el 558 ó 564, fue protagonista de uno de los relatos de viajes medievales más famosos de la cultura celta medieval, relatado en la Navigatio Sancti Brandani, una obra que fue redactada en los siglos X o XI.La leyenda de su viaje se extendió durante siglos por la Europa cristiana. De acuerdo con el relato, partió el 22 de marzo de 516 junto con otros 16 monjes en barco buscando el paraíso terrenal y de paso evangelizando a los salvajes infieles con los que iba topando. Después de un largo viaje, recaló en un mar lleno de islas; la identidad de éstas ha sido motivo de controversias, y se ha afirmado que posiblemente se tratara de la Terranova, lo que haría de Brendán quizá el primer europeo en llegar a América, también se la identifica con las islas del mar Caribe o las islas Canarias.

Los mapas y representaciones son muy numerosos; aparece en el Mapamundi de Jacques Vitry (siglo XIII), Imago Mundi de Rober d’Auxerre (1265), Planisferio de Hereford , realizado por Richard of Haldinghan (finales del siglo XIII), Planisferio alemán de Ebstorg (Con la inscripción “Isla Perdida. San Brandán (siglo XIII), Carta de Piciano (1367), Mapa anconitano de Weimar (1424), Mapa genovés de Beccari (1435) y unos cuantos más... el más reciente, la Carta geográfica de Gautier (1755).

Y como no se puede dejar de mencionar que Cristóbal Colón en su diario de abordo, el día martes 25 de Septiembre de 1492 deja claramente escrito que vieron tierra en las siguientes coordenadas "Gueste, y que fuesen todos al sudeste adonde avía parecido la tierra. Avrían andado aquel día al Gueste 4° leguas y media, y en la noche al sudeste 17 leguas..."(textual)
El diario del Almirante Colón indica que todos los marinos se subieron al mástil mayor para ver la tierra y pese a estar hasta la noche tratando de divisar esta visión de tierra que muchos vieron, desapareció y no lograron localizar esa tierra anunciada por Martín Alonso. Lo sabemos hoy en día gracias al detalle de Colón de anotarlo, ya que las coordenadas indicarían que estaban cerca donde habitualmente los testimonios son mayoritarios respecto a la visualización de San Borondón.
- En 1526 se realizó una expedición a cargo de los vecinos de Gran Canaria, Francisco Álvarez y Hernando de Troya.
- Se vuelven a repetir intentos infructuosos los años 1569 y 1570, Este último año tiene una gran recopilación de testimonios gracias al Gerente de la Real Audiencia de Canarias, Hernán Pérez de Gando. Este año fue muy intenso en testimonios sobre San Borondón, siendo uno de los principales el aportado por el experimentado piloto natural de Setúbal (Portugal) Pedro Vello, quien aseguró haber desembarcado en la misteriosa isla junto a dos marinos más, debido a una gran tormenta. Su descripción es de una tierra con aguas aptas para beber, arroyos limpios; logró ver una pequeña cruz incrustada en un árbol, observó vacas, ovejas y cabras pastando tranquilamente. Debido a las inclemencias del tiempo volvió a embarcar sin sus dos compañeros. A su regreso, cuando la tormenta amainó le fue imposible encontrar la isla donde había estado.


- En el año 1604 la pareja formada por Gaspar Pérez de Acosta y Fray Lorenzo de Pinedo también les fue esquiva la suerte de encontrar la misteriosa isla.

- La última expedición en búsqueda de San Borondón fue protagonizada por el Capitán General de Canarias Juan Mur y Aguirre en el año 1721, debido a nuevos testimonios oculares en la isla de El Hierro y La Palma. Al frente de esta aventura estaba el Capitán Gaspar Domínguez y los frailes franciscanos Pedro Conde y Francisco de Cristo, pero tampoco hubo éxito en la búsqueda de San Borondón.
- Hay observaciones en los años 1802 (Mayo) 1865 (Octubre)
Un desconocido naturalista que fue condenado al ostracismo tras afirmar haberse paseado por la isla de las siete capitales y cuyos testimonios gráficos fueron completamente desechados por la rígida sociedad Británica, su nombre EDWARD HARVEY.
Esto es parte del diario de Edward Harvey, concretamente cuando toman tierra en una isla desconocida y tienen que efectuar reparaciones en su barco "La cruz del sur" y aprovechan para explorar:

15 de enero de 1865. Territorios desconocidos.

He decidido con el capitán que me trasladaré a tierra. Entre los equipos que hemos traído para la expedición hay varias tiendas de campaña. Estamos en la montaña más alta del territorio, la tarde se ha despejado y hemos podido divisar prácticamente todo el contorno del territorio y he llegado a la conclusión de que estamos en una isla, posiblemente deshabitada. Hay unas nubes bajas sobre el bosque que nos impiden reconocer la parte noreste de la isla, pero el resto es totalmente visible desde aquí.
Estamos en una isla. Una isla desconocida y deshabitada, una isla en medio del océano. Empiezo a albergar la esperanza de que estos territorios desconocidos sean San Borondón.
Contaré lo que ha acontecido en todo el día de hoy:
Al desembarcar, Simón ya había elegido el lugar donde montaríamos el campamento. Nos hemos instalado un poco alejados de la costa, en una zona boscosa, por lo protegidos que estaríamos en caso de más lluvias. decidí ir con dos marineros que iban en busca de víveres hacia la parte superior de la isla. El camino de ascenso fue bastante complicado, y en algunas ocasiones arriesgado. Estaba todo muy embarrado debido a las lluvias que habían cesado esa misma mañana. Por cada dos pasos que dábamos, descendíamos uno. Debíamos subir a la cumbre y averiguar de una vez por todas dónde nos encontrábamos y si había alguna población cercana en la que poder solicitar ayuda. Tras largas horas de ascenso durante las que atravesamos unos espesos bosques de árboles entrelazados y suelos musgosos, escalamos el último tramo de la montaña, más escarpado y rocoso. Estábamos en una isla, y solos.

No había ningún indicio de asentamiento humano. En ese instante algo en mi estómago se encogió. Me di cuenta, en lo más alto de la isla, que me encontraba en San Borondón.
En el descenso, los marineros se dedicaron a cazar unos reptiles de una especie totalmente desconocida que hubiesen podido atrapar con las manos, ya que no huían ante la presencia de los hombres, pero a los que disparaban por miedo a ser atacados (ya que poseen un aspecto bastante fiero). Los dibujé en cuanto llegamos al campamento. Cuando descendíamos, otro hecho insólito perturbó el ambiente: íbamos ya hacia el campamento cargados con las capturas, cuando un estruendo aterrador rompió el silencio. Todos los pájaros se callaron de repente, y de nuevo, aquel desgarrador alarido. Era similar al grito de una bestia, pero yo se lo atribuyo al viento o algún derrumbamiento en el interior de la isla. No hay criatura que pueda realizar tal sonido. Los marineros estaban bastante asustados y apresuraron su paso hasta el campamento. Cuando llegamos todavía quedaba un rato para que anocheciera y el campamento estaba totalmente listo.
Me retiré con Simón y le comenté mis sospechas respecto a la isla. Pareció muy satisfecho al entender que habíamos logrado el primer objetivo de nuestra misión. Ahora nos quedaba lo más difícil: estudiar la isla la mejor posible y saber regresar habiéndola situado en un mapa. Bajé hasta la costa con uno de los marineros, que hizo varias señales al barco que fueron contestadas de inmediato. El marinero me acercó hasta el Cruz del Sur. Le conté a Rafael Méndez lo que había acontecido hoy y mis sospechas de que nos hallábamos en la isla de San Borondón.
Ahora me encuentro en el campamento, los marineros han bajado a tierra la mesa que tenía en mi camarote. Todos mis enseres están aquí: la prensa para la herborización, mis frascos de muestras. mi lupa, y mis láminas y pinceles de dibujo. Todo lo que necesito para realizar un exhaustivo estudio de lo que encuentre en la isla, incluidas la cámara fotográfica y las emulsiones de colodión -que tan extraordinarios e insospechados resultados están dando.
Mañana partiré junto con Simón a explorar la zona oeste de la isla. He distinguido claramente un gran volcán rodeado de malpaís y en la parte interior, entre las dos cordilleras que componen la isla, hay una ciénaga, o lago, que también me gustaría observar. No es una leyenda, lo era porque nadie supo nunca situarla en un mapa con exactitud. Por eso decían que aparecía y desaparecía. Que era la non trubada. Pero ya no lo es. Ahora es mía y de la Corona Inglesa. Quiero explorarla hasta su último rincón, examinar cada especie animal y vegetal que habite en ella.

En los tiempos modernos que corren no están ausentes de testimonios adaptados a nuestra tecnología moderna.
La inutilidad de aquellas expediciones hizo que paulatinamente se fuese aceptando la idea de que no era posible localizar la Isla allí donde los mapas señalaban su presencia. Hubo otras expediciones, pero de todo aquel afán sólo quedó la certeza de lo inexplicable.

La Isla de San Borondón, cuando se deja ver, lo hace en circunstancias que nada tienen que ver unas con otras. Unas veces ha sido a cielo despejado, sin brumas que deformasen la visión, otras, con nubes oscuras y amenazadoras. Esa diversidad de las condiciones climatológicas contradice la argumentación de quienes sostienen que la Isla sólo es producto de una especie de espejismo.
Pero entonces, ¿cómo explicar la aparición de la Isla de San Borondón cuando en el cielo no hay nubes? Y lo que es más extraño: ¿cómo justificar que los testigos la describan de forma muy similar?... Las hipótesis científicas ceden ante los enigmas.

Hay otros enigmas sin resolver, el de las frutas y ramas náufragas. Con frecuencia, y en especial después de las tempestades del Noroeste, en las playas de La Gomera y El Hierro, encuentran frutas, ramas y hasta árboles casi enteros desconocidos. ¿Vendrán de la Isla de San Borondón?

Bueno a lo mejor algún día la vemos aparecer y desaparecer de nuevo, eso nunca se sabe, son leyendas populares ¿o no?

P.D.: Me gustaría invitaros a mi nuevo blog y que os sintáis como en vuestra casa. Gracias por visitarme, un beso para todos.